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Chiles en nogada «200 años de historia»

Sin lugar a duda, la temporada para comer Chiles en nogada, es la más esperada del año.

Este emblemático platillo encierra un misticismo, una magia, un encanto que por eso es el platillo representativo de Puebla, además del mole.

Tanto es el amor y antojo a los chiles que, en los últimos años, la temporada ha arrancado desde julio, cuando comúnmente se hacía solo en el mes de agosto y hasta el 15 de septiembre.

Esto no solo ha hecho que las y los poblanos agradezcamos que el placer de comerlos se extienda; sino que además, ha tenido un impacto positivo en hoteleros, restauranteros, fondas y chefs con y sin título, que desde algún negocio o casa, los preparan con mucho esmero y dedicación, tratando de recuperarse de una crisis económica mundial debido a la pandemia.

Pero, ¿Dónde radica el origen de los chiles en nogada? Y los que no son de Puebla se preguntarán, ¿por qué tanto interés en contarlos y presumir, ahora en redes sociales, el número de chiles comidos?

Recordemos que en la mayoría de las ocasiones, la historia se conjuga con la historia, y los chiles en nogada, no son la excepción.

Se cuenta, que se respiraba un ambiente festivo, ya que se había conseguido la independencia de la Corona Española en el año de 1821, y Agustín de Iturbide sería el primer emperador de la Nueva República instaurada en este territorio.

Cuenta la leyenda, que en su paso para llegar a lo que hoy conocemos como ciudad de México, para tomar el mando de la reciente nación, cruza por Puebla justo en el día de su santo, el 28 de agosto, día de San Agustín, por lo que las monjas del Convento de Santa Mónica, al enterarse de tan importante suceso, y también absortas en el ambiente festivo que se vivía, decidieron crear un platillo que representara los colores del nuevo territorio y así, agasajar a quien lo comandaría.

Es por ello, que deciden tomar ingredientes de la región, como el icónico chile poblano que tiene un picor ligero para todos los paladares, frutas de temporada, mezclándolo con la carne de cerdo abundante en la ciudad, cubierto de una mezcla basada principalmente en la nuez de castilla llamada nogada y adornada con granada.

Monjas del Convento de Santa Mónica

Es así que el verde del chile poblano, lo blanco de la nogada y el rojo de la granada, representaría los colores de la bandera del nacimiento de una nación esclavizada y tomados por siglos por el yugo español.

La historia real, es distante a la leyenda, los chiles ya se habían creado desde por lo menos un siglo antes; principalmente por monjas de los distintos conventos, donde ellas no tienen oportunidad de degustarlos, sino preparar y crear delicias para los demás.

Su origen y hasta la fecha aún persiste, es que es un platillo de fiesta, de determinadas fechas por su la cosecha, sobre todo de la fruta, donde sus raíces se dieron a faldas del volcán Popocatépetl.

Por eso es tan esperado la temporada, para conseguir la dulzura de la manzana panochera, el durazno tierno, lo crujiente del chile, que no pica mucho, solo un poquito para dar una mezcla intensa de sabores en los paladares junto con lo dulce.

Y como en ese entonces, los poblanos, solo comían puerco, cerdo, cochino y marrano; por supuesto que los chiles en nogada tienen que llevar esta carne.

Además, la preparación representa todo un trabajo colaborativo en las familias, ya que aún persiste la tradición; sin excepción, hijos, hijas, yernos, nueras, mamás, abuelitas y hasta niños se reúnen para cortar la fruta, desvenar y asar los chiles y capearlos.

Afortunadamente hoy venden la nuez pelada, anteriormente, se tenía que dejar toda una noche en agua, para que fuera más fácil quitarle la piel; así que te dejaba un dolor y ardor debajo de las uñas entre tanto pelar nueces, desvenar y asar los chiles.

La mayoría de los chiles que se preparan, sobre todo en las casas poblanas, los preparan con lo antes descrito; sin embargo, ahí viene el eterno debate; desde que los mejores se preparan en la casa de la abuela, que la abuela y la mamá tienen la receta original.

Chiles en nogada 200 años de historia.


Lo que si considero, es que en algo las y los poblanos coincidimos y hasta nos ofendemos si vemos que en el Facebook, en reportajes, o en otros estados, no los capean, y es que los verdaderos y únicos chiles en nogada si van capeados.

Esto como parte de un adorno haciendo alusión al barroco imperante en esa época, donde lo capeado, por lo tanto, representa lo dorado del oro.

Así que, si no los capean, deben hacerlo; sino hasta en el infierno pueden caer por incurrir en dicho pecado. El precio bien vale por su extenuante elaboración y su extenso proceso desde la cosecha para escoger los mejores ingredientes; por eso son tan codiciados porque tal manjar solo puede ser disfrutado una vez al año; pero lo mejor, acompañado por una buena compañía, con amigos y familia, teniendo un pedacito de paraíso en tu paladar, y recordando que tal platillo delicioso y preparado de manera tan amorosa, solo pudo ser hecho aquí, donde “Dios mando a sus ángeles

Sonia Osorio

Sonia Osorio

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